Pues tuvimos el valor de
hacer todo esto en dos ocasiones y yo pude nadar por primera vez en agua salada.
La sensación de estar en el mar no me resulta desconocida, hace años que buceo en
mar abierto y conozco lo que es el agua salada, las olas y la corriente. Saber todo
esto no me hizo falta pues el mar era un plato, nada de olas, ni de viento, ni de
nada. Nadé tranquilamente intentando abstraerme del ruido que inundaba la playa
y me sentí muy cómodo. Después de unos días, recuerdo el sabor salado en los labios
y la boca.
domingo, 26 de agosto de 2012
Nadar en salado.
No se le pueden llamar
vacaciones, pero esta semana he estado pasando unos días en Calpe. He
aprovechado y he nadado en el mar. Bueno, más que en el mar debería decir en la
playa. La historia fue tal que así: colócate
a la espalda la mochila con la piscina hinchable del niño, el cubo, la pala, el
rastrillo y la regadera. Pon en el carrito las sillas. Cárgate sobre el hombro
la sombrilla. Y así, como si de un porteador en una expedición de montaña se
tratara, consigue llegar al paseo marítimo. Desde allí, otea el horizonte
buscando un metro cuadrado cerca de la orilla donde poder plantar el campamento
base y después continúa con dificultad por la arena hirviendo intentando no sacarle
un ojo a nadie.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Creo que tiene mas valor intentar hacerte un hueco en la arena entre miles de personas que defienden su lugar enseñandote los dientes que salir al mar y hacer unos cuantos metros nadando.... jejeje
ResponderEliminar¿Como llevas la piscina?
Qué tal Quine6? la verdad es que sí, lo complicado es llegar al agua. Una vez que estás en el mar es todo más fácil.
EliminarLo de la piscina lo llevo más o menos. Voy a nadar cuando puedo. Las vacaciones me están ropiendo el ritmo. La semana que viene me voy de viaje. Espero que después de esto pueda ponerme más en serio.
Un saludo,
Buaah!!, tienes tiempo de sobra! pasalo bien. Ya me avisaras cuando necesites ayuda ¿ok?
ResponderEliminar