miércoles, 27 de junio de 2012

Al agua patos.

Hace dos días que he empezado a nadar y las sensaciones no son nada buenas. Los seis meses que he estado sin practicar ningún tipo de deporte, sin caminar más de lo imprescindible y haciendo demasiado sofing me han pasado factura y estoy muy fuera de forma. Noto mi cuerpo flojo y me fatigo fácilmente. 


He nadado 500 metros cada día, concentrado en intentar hacer todos los gestos de la brazada correctamente. Al salir del agua me dolía la cabeza y al día siguiente sentía un peso en la nuca y los hombros. Me consuela que al menos las piernas no me molestan. Hoy, Tabarca y Santa Pola no están separadas por 6 kilómetros. Hoy, la distancia es mucho mayor.

PD. Nadar me da hambre.

martes, 26 de junio de 2012

Planificación.

De algún modo hay que empezar, así que he pensado dividir este año en tres grandes fases. Por supuesto, esta planificación está totalmente abierta y se puede modificar según vaya avanzando.

En primer lugar, voy a aprovechar los meses de verano (julio, agosto y septiembre) para ir nadando tranquilamente en un polideportivo al que suelo ir. Tiene una piscina olímpica que en verano está llena de hombres y mujeres tumbados en el césped tomando el sol, niños saltando al agua en bomba, madres gritando a sus hijos que no corran por el borde por si se resbalan, grupos de adolescentes que pasan la tarde al fresco, clases de natación para niños, etc., en definitiva, está llena de todo lo que no invita a tratar de nadar de forma seria. El caso es que hay habilitada una calle para poder nadar más o menos tranquilo y voy a tratar de aprovecharla para ir habituándome al medio, ir cogiendo fondo físico y tratar de corregir y automatizar la técnica de nado. Para esto, voy a recurrir a un amigo que nada a diario desde hace mucho tiempo.


En la segunda fase, cuando cierren esta piscina al aire libre, iré a la piscina municipal y comenzaré el trabajo más serio. En varias páginas de internet hay planes de entrenamiento que trataré de adaptar a mis condiciones físicas.

Como soy consciente de que no es similar nadar en una piscina y en el mar abierto, la última parte será salir al mar a nadar para acostumbrarme al esfuerzo físico entre corrientes y olas.

¿Por qué nadar?, ¿por qué un blog?

No puedo correr. Siempre he hecho deporte y desde hace años, cuando lo practico varias veces por semana, padezco un fuerte dolor en ambas rodillas. Es un dolor muy localizado. Justo en el pico de las rótulas. He consultado a varios médicos y me han realizado radiografías y una resonancia magnética pero no he obtenido un diagnóstico rotundo. En general, me dicen que las rodillas están bien, pero todos coinciden en que las tengo laxas y que es necesario que fortalezca los cuadriceps. El último médico que visité me prescribió sesiones de fisioterapia. Tras finalizar, la fisioterapeuta me recomendó practicar natación y hacerlo, en ocasiones, con aletas.


Así pues, en marzo del año pasado fui a una conocida tienda de deportes, me compré un gorro de natación, unas gafas, tapones para los oídos, aletas y manoplas de natación y un bañador negro, ya que me parecía poco serio ocupar una calle vestido con un bañador estampado de flores. A continuación, fui a la piscina municipal de mi pueblo y compré un bono de 20 sesiones que se podía utilizar durante los siguientes tres meses. El resultado de todos estos preparativos fue que el bono me caducó sin agotarlo.

Lo cierto es que mientras estuve nadando, dos veces por semana hasta un total de quince veces, me sentía muy bien y me gustaba nadar. Antes de comenzar, había dejado de practicar deporte debido a mis maltrechas rodillas, pero después de 8 o 10 sesiones de natación, volví a jugar al padel una vez por semana. Me encontraba bien físicamente y las rodillas no me dolían, seguramente por el tiempo que había estado en reposo y por la rehabilitación con la fisioterapeuta, pero empecé a jugar más asiduamente al padel y dejé de lado la natación y al poco tiempo el dolor de rodillas volvió.

Creo que las razones para abandonar la natación por el padel fueron la práctica en grupo y la motivación por competir. Ahora, por diferentes motivos estoy desde diciembre del año pasado sin hacer nada de deporte y necesito retomarlo para encontrarme mejor. Estoy convencido de que si nado simplemente por nadar no tardaré mucho en aburrirme, así que necesito un objetivo, un motivo para ir todos los días a la piscina, un reto que me mantenga alerta y motivado y por eso ha surgido la idea de hacer la travesía a nado entre Tabarca y Santa Pola en el 2013 y ha nacido también este blog. Pretendo recoger aquí el trabajo que vaya haciendo,  mis sensaciones y otras cosas que el día a día me sugieran y espero que ponerlo por escrito me sirva como excusa para volver al agua al día siguiente, y quién sabe, si finalmente consigo nadar en mar abierto y llegar a Santa Pola, que sea una bonita forma de recordar el duro viaje que emprendo. Nadar desde Tabarca a Santa Pola hoy me parece imposible.